sábado, octubre 29, 2005

¿Matar?

Cuando fue niño pensó, ¿por qué los árboles son tan grandes?, ¿por qué las hojas son verdes?... Siempre solía correr por las alamedas, estaba persiguiendo sus sueños y anhelos, es el juego de la victoria, es la risa del niño, ahora los padres llegan, montados en los corceles que le han sido legados, la historia contará más adelante los hechos... El niño se sube a su trineo y comienza su pesar, está encerrado entre maderas y ruedas, los brazos que antes lo cobijaban ahora lo retienen. La imaginación le permite escapar, se enfrenta contra dragones, y salva doncellas. Es un entrenamiento diario mientras recibe las lecciones que debe aprender. Ya no mira hacia atrás, ya no vale la pena, su caja de juguetes se ha ido y a cambio de ellos han aparecido armas. Está frente al adversario, con su dedo en el gatillo esperando cualquier movimiento... Ahí está latiendo también su corazón, le dará muerte a otra persona que bien pudo ser su hermano, pero eso no basta, debe cumplir sus obligaciones y matarlo. Ahora, con sus pies humedos por el mar llora, se es tan pequeño frente a la inmensidad del mar, cierra los ojos y comienza a escuchar. Las olas le hablan, lo critican y le hieren, más húmedos están sus ojos que el mar pero el Sol se hace presente y entibia su rostro, los árboles le dan sombra, le proporcionan el movimiento de sus hojas y el surruro del viento pasando entre ellas.

La historia cambia dependiedo de quien la cuente, pero para ser hombre primero se debe ser niño... Los amigos ahora son enemigos, se enfrentan con la arma más fuerte, el silencio, temprano aprendió a que si las palabras no son más bellas que el silencio no deben ser dichas, y así lo ha hecho. La bebida ya colmaba los vasos y la diversión comenzaría, tantas mentiras habían pasado, demasiadas hipocresías fueron escuchadas, pero como siempre, somos presos de lo que decimos y dueños de lo que callamos... Todas las personas cambian, lástima que el pasado no, los recuerdos nos advierten que no vale la pena luchar, pero ahí está él, con la cabeza en el pasado y con su dedo en el gatillo.

Por cada paso que dá se aleja más de su destino, es tan difícil crear cuando no se tienen los medios, pero más lo es el soñar cuando se está despierto y sentado en su silla no es mucho lo que puede hacer, observa las espinas de las plantas, antes tenían hojas, flores, brotes... Ahora no, incluso las plantas han debido protegerse, por cada indiferencia se hace un daño, la tabla ya no podrá resistir mas clavos... y aún así, si fuesen retirados, permanecerian los orificios, dañar lo que puede ser reparado es una buena opción pero la vida y la confianza es demaciado frágil, lo que demora años en ser construído, en segundos se desploma... Una planta débil con el viento solo se mece y si llegase a flaquear en un par me minutos estará erguida, aquel gran roble, que por años ha resistido incólume, basta que un gran viento lo bote y jamás volverá a pararse... La resistencia muchas veces no está en la fuerza, está en la fragilidad. Pero ya era tiempo, debía apretar el gatillo, y así lo hizo... Su mente quedó en blanco, y dejó sus sueños partir... Lo demás nadie lo sabe, solamente él, aquel que continuó vivo, y aquella bala que se dirigía hacia su corazón, cambió de rumbo y se alojó en la sien del que la portaba.

miércoles, octubre 19, 2005

Dejar el tiempo pasar...

Hoy sentí mis brazos caer,
la mochila de mi espalda se abultó más de lo necesario.
Sentí el suelo bajo mi cuerpo... Y dormí.
Son tantas cosas las que quiero,
hay muchas mas que necesito,
pero ahí estoy, tendido en el piso.

Ya nisiquiera sueño, el dormir es solamente,
el proceso para salir de la realidad.
Necesito volver a respirar, a tener ganas de actuar.
Mañana no sé lo que haré,
casi nunca se cumple lo pronosticado,
pero supongo que por algo será.

También han llegado preguntas, y con ellas los problemas,
la paciencia debe ser la más difícil virtud.
Ya que se debe competir con nada,
para ver si se consigue el todo...
Una parte quizás sería suficiente.
La pregunta es: ¿Me la merecería?.

Seguiré mi camino por la inercia,
continuaré mi caminar sin apoyos.
Detendré mis pasos para verificar si han quedado mis huellas,
pero seguiré, para que el pasado no me atrape.
La tierra que he pisado, no volveré a tocarla,
espero no cometer dos veces el mismo error.

Algún día viajaré por mis temores,
y permitiré a todos los rios correr.
Atrás dejaré los miedos, delante estarán los sueños,
las metas habrán sido cruzadas, las penas olvidadas.
Sería fácil escapar, sería sencillo correr,
Cambiar lo poco que tengo por nada, a lo mejor, sería un buen negocio.

No me gusta el arrepentimiento,
pero sí los cuestionamientos.
¿Por qué lo habré hecho de esa forma?,
porque no me merecía estar así.
Lo que me rodea se ha ido,
ahora sólo tengo el vacío.

Quiero recobrar el aliento,
necesito volver a tener fuerzas,
la espera me hace más fuerte,
pero me vuelvo más triste.
Quizás sólo necesite preguntas,
pero yo debo tener las respuestas.

¿Tan complicado es regalar 5 minutos?,
lástima que yo no lo vea así.
He perdido tanto tiempo,
pero en el momento no ha sido así.
Prefiero escuchar que ser escuchado,
Pero ya me he comenzado a aburrir.

Para ofrecer ayuda hay que estar dispuesto a darla,
y para pedir ayuda, uno debe ser escuchado.
Pero el silencio dice mucho más que los gritos,
lo más difícil no es decir las cosas,
es mantenerlas en secreto.
Y el ser escuchado implica también, sentir el silencio.

Ahora continuaré mi caminar,
volveré a luchar con más fuerzas.
Lo que sí, no las gastaré en quién no las merece,
o por lo menos eso intentaré.
Siempre se me olvida hacerlo de esa forma,
aunque bueno, tampoco me gustaría no poder ayudar.

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